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Localidad: Tarancón

    Descripción

    En los dos últimos siglos Tarancón se ha convertido en una de las ciudades de mayor importancia de la provincia de Cuenca. La ciudad de Tarancón se sitúa en la parte más oriental de la provincia, y ocupa un estratégico lugar del que siempre ha tenido la virtud de beneficiarse. No se trata de una posición de excelentes cualidades defensivas u ofensivas desde el punto de vista militar, sino de la adecuada colocación para que en ella converjan y hayan coincidido de siempre un buen conjunto de comunicaciones. Actualmente Tarancón sitúa el gran peso de su economía en torno a la industria de servicios, pues ha sabido explotar digna e inteligentemente sus riquezas patrimoniales. Pero también se han potenciado otros sectores industriales que se sitúan a la cabeza de la modernidad. Este es el caso de la fabricación de electrodomésticos y componentes electrónicos, a los que se aplica tecnología de vanguardia en las instalaciones de la empresa multinacional que de ha radicado en el municipio. A ello se suma otra actividad no menos sorprendente, como la fabricación de riñones artificiales, un trabajo que requiere una gran dosis de conocimiento y desarrollo tecnológico. Por el contrario, han menguado considerablemente las actividades agrícolas, aunque todavía sigue siendo significativa la producción de girasol. El cultivo de esta planta está destinado en su práctica totalidad al consumo humano, ya sea para la elaboración de aceite o bien para su venta directa, pues siguen siendo muy conocidas dentro y fuera de la provincia las sabrosas pipas de Tarancón.

    Historia

    Su largo pasado se inicia con pasos cortos y con presencia humilde, a ciudad ha conquistado por méritos propios el lugar que ocupa. En paralelo a ello ha permanecido en pie todo el grueso del conjunto monumental, a que los ciudadanos han sabido proteger y del que la población extrae buena parte de sus recursos. Esta localidad ha sido considerada históricamente como un auténtico cruce de caminos y en la actualidad concurren en ella varias carreteras nacionales y comarcales, además de una importante línea ferroviaria. Ante una situación tan particular no es extraño que, en su momento, pudieran desarrollarse de forma notable las actividades comerciales y que la ciudad haya sido desde siempre, y más aún ahora, un lugar de fácil acceso. Los primeros pobladores de lo que con el tiempo acabaría siendo Tarancón eran íberos; éstos iniciaron la construcción de una muralla defensiva que tras sucesivas remodelaciones por parte de los distintos moradores que les siguieron, se mantendría eficaz hasta la tercera guerra carlista, a finales del siglo XIX. Todavía sobrevive algún resto escondido entre las callejuelas del casco urbano. Posteriormente aquel núcleo se transformaría en un enclave más del imperio romano, como puede apreciarse en el puente que permanece en pie en las cercanías de la ciudad. Pero quienes aportaron un cierto dinamismo al lugar fueron los árabes. Se asentaron en la vega del Caño Gordo, habitando en cuevas construidas sobre la pared terrosa y creando allí el primer mercado. La que actualmente se denomina plaza del Caño fue en tiempos la plaza del zoco. La ciudad fue reconquistada por Alfonso Vlll a principios del siglo Xll en la misma campaña en la que se conquista Uclés, a cuyos dominios pertenecía Tarancón, que pasó a la Orden de Santiago. A mediados del siglo XVI se convierte en villa de realengo. Aún se mantiene en pie, con placa conmemorativa incluida, la casa cercana a la localidad en la que el rey Carlos V descansó en su viaje de Uclés a Monzón. Hasta allí se acercaron los parroquianos para pedir al monarca su segregación de Uclés mediante el pago de varios millones de maravedíes, que fueron aceptados para financiar las empresas europeas. La villa no obtendría el título de ciudad hasta el año 1921. El último suceso trágico recogido en las crónicas se refiere a la explosión del polvorín acaecida en la noche del 24 al 25 de Julio, durante la celebración de las fiestas de Santiago y Santa Ana de 1942. En aquel terrible acontecimiento, todavía no esclarecido, perecieron decenas de personas.

    Visitas

    También hay quien opina que el lugar más pintoresco de Tarancón sigue siendo el Caño Gordo, en el que se pueden ver las fachadas de las casas cuevas, residuo de las construidas por los musulmanes. El conjunto monumental de Tarancón se agrupa fundamentalmente en el conocido barrio del Castillejo. Es el más antiguo y ocupa a zona más alta de la ciudad. Siempre se le ha dividido en dos zonas, a noble y la popular, pero todo él se encuentra impregnado de rincones con sabor añejo. Concretamente es en la parte popular donde las sencillas calles, intimas y espontáneas, se adornan con casas que reflejan la luz con sus fachadas de tonos blancos, amarillos y rojos. Se trata del lugar adecuado para otear la iglesia y los campos, el cercano arroyo y los barrancos que rodean al pueblo. Un verdadero regalo para la vista. La iglesia parroquial de Nuestra Señora de la Asunción, de grandes dimensiones, se cimenta en este antiguo barrio. Su construcción se realizó durante los siglos XVI y XVll sobre la estructura del anterior templo gótico, por lo que el aspecto general del conjunto representa marcadamente al estilo renacentista. Estilo que se pone de manifiesto en la portada principal, de las tres por las que se accede al interior del templo. La planta es de cruz latina en la que se conforman tres naves, a principal con bóveda de cañón y las laterales con bóvedas de arista. El crucero se encuentra cubierto por un cimborrio y en el ábside poligonal se aprecian algunos detalles de la antigua estructura gótica. El elemento más valioso del templo es el retablo plateresco que se encuentra en la capilla mayor, realizado por Pedro de Villadiego. Junto a la iglesia se alza su torre de planta cuadrada en una altura de cinco cuerpos. El convento de Franciscanos es la edificación que acompaña en entidad arquitectónica a la parroquia. Su construcción data del siglo XVll y parte de él pasó a manos privadas tras la famosa Ley de Desamortización de Mendizábal. Dentro del conjunto, barroco en su totalidad, está incluida la iglesia, que se levanta sobre planta de cruz latina. Consta de tres naves cubiertas por sendas bóvedas de cañón y cúpula de media naranja en el crucero. El resto de la arquitectura religiosa lo componen las ermitas de San Juan, San Roque, San Isidro y Santa Quiteria. En las cercanías de la localidad se encuentra la ermita de Nuestra Señora de Riánsares, en a que se da cobijo a la imagen de la patrona del lugar. La fundación del templo data del siglo XVIII, pero tras su destrucción durante la guerra civil española fue totalmente reconstruido. A lo largo y ancho de todo el casco urbano se pueden encontrar un buen número de casas señoriales y palacetes que componen el conjunto de edificios civiles que el tiempo ha dejado en Tarancón. De entre todos ellos destacan dos, el palacio de los duques de Riánsares y el Ilamado de los Parada. El primero fue construido por orden del duque en el siglo XIX. De planta rectangular, uno de sus mayores atractivos se encuentra en el interior, pues el edificio está concebido en torno a dos bellos patios porticados. El palacio de los Parada pertenece al siglo XVI. Es de planta cuadrada y fácilmente identificable por su fachada barroca de dos cuerpos. Otras casas de interés en Tarancón, entre las muchas que podrían nombrarse, son la llamada de Sevilla y la de la Leganesca. Si bien es cierto que aquellas poblaciones que mantienen vivo su patrimonio histórico artístico se encuentran más cerca de sus propias raíces, también es necesario reconocer el esfuerzo de aquéllas que, aún preservando las obras que el pasado les legó, han sabido situarse en lugar de preferencia económica frente a sus vecinas.

    Alrededores

    Santuario de Nuestra Señora de Riánsares. Uclés, villa de origen romano. Segóbriga, en las inmediaciones de Selices.

    Compras

    Productos típicos: quesos curados manchegos y productos de matanza. Artesania en metal, cerámica y alfarería.

    Fiestas

    Semana Santa, procesiones y su representación de "La Pasión Viviente" declarada de Interés Turístico Regional. Virgen de Riánsares en honor de la patrona, septiembre.

    Gastronomía

    La gastronomía conquense está especializada en carnes y asados. Los platos más destacados: la calderteta y el cuchifrito. Entre los postres más famosos están los borrachos y las rosquillas de anís.

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